Mi abuela nació seis años antes de la guerra civil. Tuvo dos
hermanos, pero uno no llegó al año de vida, falleció de lo que aquel
entonces denominaban asfixia blanca. Soy consciente de los tiempos
que corren, veo a demasiada gente rebuscando comida en la basura del
mercado o entrando al restaurante para que les demos sobras, a veces
casi llorando de vergüenza y de impotencia. Ojalá me sobrara el
dinero para poder poner el menú gratis y abierto a todos...
Pero
aquellos tiempos fueron aún peores, tiempos de escasez y hambre, de
miedo y muerte. Un país dividido y roto. Mis bisabuelos eran muy
pobres y todos tenían que trabajar para sobrevivir, a veces alguien
les daba una galleta a ella o a su hermano y la guardaban para
compartirla cuando llegaban a casa.
Conoció
a mi abuelo, mi monstruo, hacia 1950 y en 1952 soltera y sin trabajo,en
una situación desesperante se quedo embarazada. Corrían los años
del franquismo y ser madre fuera del matrimonio no era lo más
habitual.
En
1953 nació mi madre, su única hija, e incapaz de poder criarla tuvo que dejarla en un orfanato para que no muriera de hambre. En
1955 la madre de mi abuelo lo descubrió, sacó a mi madre de aquel
lugar y lo obligó a casarse. Él si era de una familia “bien” y
acostumbrado a tener servicio mi abuela más que su esposa pasó a
ser su criada, por aquel entonces era fotógrafo. Poco o nada se de
esos años, nadie me habló nunca de ellos. Se algunas cosas por las
fotos, pero son mas suposiciones que certezas.
Mis
padres se conocieron muy jóvenes y se casaron, a los dos años nací
yo. En esa época mi abuela se había convertido en una mujer
resentida con la vida, harta de las amantes de su marido y de sus
faltas de respeto.
Se
reveló a su manera, quedando con amigas, fumando,... tal vez buscando
un poco de libertad.
Yo
lo cambié todo, a pesar de que mi madre no estaba preparada para mi
ella la ayudo convirtiéndose en mi segunda madre.
No
recuerdo una reunión familiar en la que mi abuelo no la
ridiculizara, hay gente que para sentirse alguien necesita ningunear a
quien tiene al lado. Aún así ella siempre mostró un carácter
difícil que hizo que mi padre no la soportara. La cosa empeoró
cuando dejo de trabajar para cuidar a mi bisabuela,entonces anciana e
invalida. La persona más entrañable que nunca conoceré.
Tenía
que rendir cuentas hasta de la última peseta y aún así cuando mis
padres se separaron siempre conseguía darme alguna propina bajo
mano. Genio de las finanzas. Lástima que se crió en una época
donde el matrimonio era un contrato de por vida y romperlo un pecado
imperdonable.
Estuve
muchos años sin casi contacto con ella por no tener que ver a su
flamante esposo y así como la familia de mi padre me perdonó mis
errores de juventud ella nunca tuvo que hacerlo,ni un reproche ha
salido nunca de su boca. Es incondicional de su hija y de su nieta
mayor. Con mi hermana la relación es un pelín más complicada pero
no dudo que si ella quisiera sería igual que conmigo.
Mi
padre nunca le perdono lo que yo más le agradezco, haber estado
siempre encima de nosotros y metiéndose en nuestra vida. Haberse
puesto del lado de su hija tuviera o no razón y ahora del mio. A mi
hermana le transmitió esos sentimientos.
La
muerte de mi abuelo fue su liberación y no dudo que esos fueron sus
años más felices,sin maltratos ni nadie a quien servir, simplemente
libre. La muerte de mi madre acabo con ellos. Ella dice que cuando uno pierde a los padres se queda huérfano, cuando pierde al cónyuge se
queda viudo pero cuando sobrevive a un hijo el dolor es tan grande
que no existe palabra que lo exprese.
A
pesar de todo me asombra su fortaleza, yo debería ser su apoyo y es
al revés. En mis días más negros sin preguntar y sin juzgar
siempre ha estado allí. Ni sabe ni entiende que me ocurre, ni me ha
presionado para salir de esta maldita casa, ni me ha criticado por no hacerlo.
Simplemente está cuando la necesito.
Mi
mayor miedo de sacar todo a la luz es por ella. No dudo de que me
creerá, pero como partirle el corazón de nuevo a una anciana que ha
sufrido tanto.
Muchas
veces me pregunté si ella no habría mirado para otro lado también. Probablemente si. Aunque mi abuelo no solo era un perfecto manipulador, además sabia esconderse muy bien.
Siempre
ha sido mi “abogado defensor”, mote que le puso mi padre, más de
una vez la he visto pelear con su marido por mi. Una vez en la
piscina él se enfado mucho al verme jugar con unos muñecos y montó
un pollo tremendo, según él yo ya no tenia edad de jugar y me hacían
ser infantil. No recuerdo muy bien la discusión pero contradecirle
delante de la gente le salió caro, misteriosamente se dio un golpe en
la cara que le dejó el pómulo morado. A mis once años entendí lo que nadie quería decir.
Mi
mejor aliada y mi mayor lastre. Como destapar la olla y gritar mi
verdad cuando se que no va a salir ilesa.
Me
dan ganas de romper con todo y explicar que no soy una débil
depresiva que se ha hundido sin motivo al resto del mundo, pero y si
llega a sus oídos...
No
puedo ser yo quien le amargue sus últimos años. Quiero verla feliz
en lo posible y hacer lo que este en mi mano por que así sea.
Tal
vez encuentre la manera o tal vez no, pero no estoy dispuesta a
arriesgar la única persona que siento familia de verdad.
Como
hablar temiendo herir a quien más me quiere...
Pues la verdad amiga no se que deberías hacer... Pienso lo mismo que tú, ¿Cómo herir más a una mujer que fue herida toda su vida? ES muy difícil pero tal vez yo ya habría hablado, dado a que soy muy impulsiva... Suerte y haz lo que te dicte el corazón...
ResponderEliminarHola Anmagoca,me alegra verte mejor.
ResponderEliminarSe que acabaré hablando pero tengo que evaluar como no perjudicarla.
Como siempre desahogarme en este blog me acaba dando una nueva persectiva y ver las cosas con mas claridad.
Gracias por estar y comentar,un abrazo.
Buffff... Madre mía, es tan complicado esto. Si encuentras la manera de asegurarte que ella no se va a enterar, tira para adelante con todas tus ganas pero si no... No sé, yo me planteo hasta qué punto es necesario romper el silencio con toda la familia. Hablando con otros supervivientes de esto me han dicho que al final no es para tanto, que la vida sigue y bueno... No es tan dramático hablar como nos lo imaginamos pero yo sigo sin ser capaz de romper del todo el silnecio en mi familia y no sé hasta qué punto quiero romperlo.
ResponderEliminarMi madre me pidió hace un año que le explicase todo. Ha sido la única que ha tenido el valor de venirme de frente y preguntarme, cosa que le agradezco muchísimo. Mi padre sabe que algo pasó pero me ha pedido que no quiere saber exactamente el qué... Ya está. Ni mis primos, ni mi tía ni mi prima lo saben y yo no me veo con fuerzas de hablar con ellas porque sé el daño tan grande que les produciría a las 2 porque es su marido y su padre y yo siempre seré su niña chica... Sé que el daño lo hizo mi tío hace muchos años pero si yo puedo ahorrarles más lágrimas callándome, lo voy a hacer.
Entiendo perfectamente cómo te sientes. Ojalá pudiese ayudarte más. Ánimo! Hagas lo que hagas, estará bien.
Aquí me tienes, caminando juntas.
Un abrazo muy fuerte, campeona! :)
Hola pindesen,ando liada estos días pero conste que sentarme a leer tu blog tranquilamente es la primera de mis asignaturas pendiente,quiero hacerlo bien y con el tiempo que se merece,por eso sólo he ojeado un par de entradas (muy buenas,por cierto).
ResponderEliminarMi padre ya lo sabe aunque se hace el tonto.Pero creo que más que la familia quien necesito que me comprenda son mis amigos de verdad ,además se que con ellos no habrá riesgos.
Ya se lo conté a mi socia,que es como mi hermana de la vida, y ha sido un alivio enorme.Creo que tampoco es cuestión de pasar de un extremo a otro,a veces dan ganas de gritar al mundo lo ciegos que son y otras nos morimos de pensar que alguien se entere.
Por suerte estoy superando la fase de "me van a mirar diferente" y si surge paso de seguir fingiendo,se que hay personas que lo entenderán y esas son las que realmente importan.
La situación de tu tia y tus primas es bastante similar, que complicado es ser extremadamente empáticas...
Abrazos,compañera de viaje.