Nunca
permitiste que te llamara abuelo o yayo porque según tú eras
demasiado joven para serlo. Y es algo que siempre te
agradeceré, porque al menos es una palabra que tu infamia no pudo
ensuciar.
Aún
después de tantos años la manipulación que ejercías sobre todo el
núcleo familiar no deja de asombrarme. Crecí en un familia donde
todos te admiraban y obedecían de tal manera que era imposible que
una niña avergonzada y atemorizada pudiese reunir la valentía de
enfrentarte.
Además
de un depravado asqueroso eras sumamente descarado. Llegaste a abusar
de mi dentro del agua cuando íbamos a la playa mientras mis padres y
tu mujer tomaban el sol en la orilla. Deslizabas tu mano bajo la mesa
en las comidas familiares aprovechando que habías marcado mi sitio
junto al tuyo. Me repetías constantemente que yo lo buscaba y lo
disfrutaba. A veces pienso que tu mismo te lo creías...
Durante
años me pregunté que viste en mí o que hice yo para provocarte.
Pero hoy entiendo que mi único error fue nacer en el seno de tu
familia. Abusaste de toda tu descendencia y destruiste a tu hija de
todas las formas posibles. Creyéndote gracioso ridiculizabas a tu
hija y a tu esposa en todo momento e incluso ellas te reían los
“ocurrentes” comentarios que les dedicabas. Quizás el mayor rencor que encierra mi alma hacia tu persona es ese, porque destrozaste a mi madre a todos los
niveles. Ella siempre hablaba de libertad, y su forma de
sentirse libre fue convertirse en una niña grande. En la niña que
tú no le dejaste ser.
Después
de enfrentar mis secuelas liberé mi culpa y empecé a trasladarla a
los adultos que debieron protegerme. Pero por fin esa carga empieza a
trasladarse al auténtico canalla, tú.
Dominabas
y manejabas a todos a tu antojo. Tal vez mi mayor decepción fue
darme cuenta que mis padres nunca sospecharon nada a pesar de tener
todos los motivos y señales. Su ceguera desmoronó mis cimientos
mucho tiempo. Me robaste hasta el derecho de crecer con una madre
cariñosa y comprensiva cambiando su personalidad a un ser
inestable, deprimido, lleno de ira, de ansiedad, de frustración y de silencio.
Me
siento agradecida con la vida por haber encontrado el apoyo y la
información necesaria para abrir los ojos, romper el tabú y sanar
mis secuelas. Lo más grande de este camino ha sido recuperar la voz
que me arrancaste a los tres años y esa voz nunca volverá a
enmudecer, porque mientras existan abuelos, padres, madres, tíos, maestros como
tú cada niño de este planeta vive en un riesgo permanente de ser
despojado de su infancia.
Maltrataste
y anulaste tanto a las dos únicas personas que te amaron de
verdad, engañaste a todo el que te rodeaba. Con esos aires de
grandeza te sentías poderoso y, aunque tu alcoholismo era evidente,
tratabas de justificar tus salidas como si fueran reuniones
importantes con gente selecta. Pero mi niña podía ver a través de
tu máscara de falsedad y percibía el viejo asqueroso y borracho que
vivía de apariencias. Yo no puedo perdonarte y no me siento obligada
a hacerlo. Nunca mostraste arrepentimiento. Más bien me decías que
debía sentirme agradecida porque muchas mujeres morían sin saber lo
que era un orgasmo. Me hubiera encantado poder sentirlo en brazos de alguien a quien amase, pero me dejaste tan vacía que no creo que nunca pueda llegar a hacer el amor, ni siquiera veo posible dar un beso sin morir de asco y repulsión.
Quisiera
haber reaccionado antes y agradecerte en condiciones todas tus
atenciones y enseñanzas. Es el colmo del cinismo... No te debo
nada, cada cosa que aprendí de ti lo hice porque soy una
superviviente capaz de levantarme golpe tras golpe. Para aprender a
patinar me empujaste cuesta abajo y te reíste de mis heridas, para
enseñarme a nadar me arrojaste con menos de tres años a una piscina
olímpica.
No imaginas cuantas veces mi niña pensó que no debía haber salido de esa piscina. Y si hoy nado, conduzco, patino,... es por mi fortaleza a pesar de tu influencia.
No imaginas cuantas veces mi niña pensó que no debía haber salido de esa piscina. Y si hoy nado, conduzco, patino,... es por mi fortaleza a pesar de tu influencia.
Ayer
tu mujer me dijo que este año tocaba renovar tu nicho. Eso significa
que hace diez años que te fuiste. Ya desapareció otra culpa más en
mi mochila. La de no llorar tu muerte ni visitarte en el hospital.
Porque el asco y el rencor estaban más que justificados. Ya no me
siento mala persona. Simplemente fui la única que te hizo
recoger la cosecha que sembraste. Y es más, me siento orgullosa por
ello. Por no haber cedido a las súplicas de tu hija ni al que dirán.
Creo que no tenía nada que hacer allí, ni para mal ni para bien. Ni
siquiera sé donde estás enterrado ni me ha interesado hasta ahora.
Pensaba que acercarme allí me cubriría de nuevo de suciedad, asco y
horror pero mi alma se está limpiando de tu porquería y tal vez
algún día lea está carta frente a tus restos.
No
malinterpretes ese hecho si llega a ocurrir, porque no iré allí
a reconciliarme contigo, sino con mi niña. La niña solitaria, débil
y de ojos tristes que poco a poco va recuperando la sonrisa al sentir
lo único que mendigó siempre, cariño.
Te
diría muchas cosas, pero aún me faltan las palabras suficientes para
definir ciertos hechos del pasado. Quisiera continuar está carta más adelante, por el momento lo único importante es
haber sido capaz de escribirla porque es otro paso más en este camino.
Hoy
es el día del padre. Un día que nunca mereciste celebrar. Porque un
padre que abusa de su hija, la anula como persona, la ridiculiza
constantemente y la hace sentir estúpida no debería llamarse así.
Ni siquiera estuviste con ella en sus primeros años de vida y ella
mantuvo ese secreto también sin reclamarte ni el abandono, ni el
maltrato. Aún cuando la juzgabas continuamente siempre permaneció a
tu lado. Es la ambigüedad del incesto, de la que yo me liberé
cuando corté todo contacto contigo.
Me
robaste la inocencia, la sonrisa, la infancia y a mi madre. Mi
educación se basó en tus criterios y hasta para jugar debía hacerlo a escondidas porque te ofendía que fuera tan
infantil. Pero es que yo no era una mujer, por más que
me comprases pintalabios para aparentar. Descubriste que escribía no
del todo mal y hasta de eso te apropiaste obligándome a escribirte
relatos eróticos cuando debía estar jugando con mis pequeños
ponis.
Hay
un derecho esencial y es el derecho a ser niño, crecer rodeado de
suciedad y de silencio te marca para siempre. Hoy ya no estoy sola en
esto, por desgracia mi caso no es algo extraño en un mundo de ciegos.
Saber
que hay más seres depravados como tú me llena de ira. No se si es
reisilencia pero toda la vida he conseguido levantarme una y otra vez tras cada caida. Y lo estoy haciendo de nuevo a otro nivel. Hoy alquilaré una
plaza de garaje, porque tu recuerdo no puede ser más fuerte que yo.
Hay algo peor aún que el abuso, y es la culpa y el silencio.
Hay algo peor aún que el abuso, y es la culpa y el silencio.
Hacerme
responsable a mi de provocarte con tres años sólo demuestra tu
impudencia. Fue una de las muchas formas que utilizaste para hacerme
mantener nuestro “secreto”. Tal vez mi niña busco tu cariño de
abuelo pero tu no tenias derecho a utilizar ese cariño para
transformarla en tu objeto sexual.
P.D. Por trabajo y falta de tiempo me veo obligada a dejar de escribir durante un tiempo.
Además necesito desconectar un poco porque siento que mi vida está centrada al 100% en los abusos y eso tampoco es sano.
Y por último trabajar ciertos recuerdos me va a costar mucho más de lo que pensaba. Hay tanto dolor en alguno que de momento no soy capaz de compartir lo que provocan.
El blog se mantendrá abierto, porque aunque no me crea mis méritos soy consciente de que mis absurdas reflexiones pueden ayudar a otros supervivientes a sentirse un poquito mejor...
P.D. Por trabajo y falta de tiempo me veo obligada a dejar de escribir durante un tiempo.
Además necesito desconectar un poco porque siento que mi vida está centrada al 100% en los abusos y eso tampoco es sano.
Y por último trabajar ciertos recuerdos me va a costar mucho más de lo que pensaba. Hay tanto dolor en alguno que de momento no soy capaz de compartir lo que provocan.
El blog se mantendrá abierto, porque aunque no me crea mis méritos soy consciente de que mis absurdas reflexiones pueden ayudar a otros supervivientes a sentirse un poquito mejor...
"Me siento agradecida con la vida por haber encontrado el apoyo y la información necesaria para abrir los ojos,romper el tabú y sanar mis secuelas."
ResponderEliminarY yo me siento orgullosa de ti por haber decidido tomar las riendas de tu vida, por haber tenido la fortaleza de aprovechar todos los recursos (internos y externos) para abrir los ojos y emprender el camino de la sanación.
Sigue liberando aquí tu alma, valiente Amapola.
Un abrazp
Yo también me siento orgullosa de la fortaleza con la que renace la Luna Nueva una y otra vez... Un beso
EliminarImpresionante carta.
ResponderEliminarNo puedo decir mas.
Con dos simples palabras a veces se dice mucho... Un abrazo enorme
EliminarEsa es mi hermana!!!!!! Toda su maldad pa convierte ahora en fuerza y en ganas de vivir. Disfrutemos lo bonito de esta vida juntas que lo malo ya nos ha frenado bastante. Te quiero.
ResponderEliminarGracias por tu apoyo,yo también te quiero... Es genial contar con ese "hermanito" que tanto suplicó mi niña.
EliminarAsí es Ana, tu caso no es poco frecuente, por desgracia hay muchísimos.... y las víctimas que logran hablar, cuando el abuso es intrafamiliar la gente no les cree, les obliga a mentir, a callar. En el caso de mi familia , aunque yo no fui víctima directamente, le creo y apoyo a mi sobrina, ha sido algo muy doloroso darme cuenta que mi padre abusó de ella, y que pudo hacerlo (tal vez) de mi hija también.... pues yo se las dejaba cuando tenía citas con el doctor o así, aunque a mi hija le he preguntado que si alguien la ha tocado, o así, ella siempre me dice que no, y no sabes cuanto le ruego a Dios que así sea, pues esto me ha atormentado ya durante 3 años y medio. Cabe mencionar que ni a mis hermanas ni a mi nos hizo nada nunca.... no sabes lo que he sufrido estos pocos años al ver como mi familia se desmorona, cómo la gente crítica sin tener conocimiento de causa, en fin, tantas cosas que me gustaría plasmar en palabras, pero sólo se quedan en mi memoria. Me ha ayudado mucho encontrar todos estos blogs y darme cuenta que no estamos solas. Abrazos desde México, Cassandra.
ResponderEliminarA mi me ayudan muchísimo tus comentarios, la fuerza que has tenido al apoyar a tu sobrina ya tu hermana en contra de tu propio padre es admirable. Un abrazo...
EliminarEs incríble la fortaleza que desprende.
ResponderEliminarGracias por tus palabras,supongo que después de posponer muchísimo la carta al final salió parte de lo que llevaba encerrado mucho tiempo. En verdad no está terminada,pero cada día está más cerca de estarlo.
EliminarUn abrazo.
Un abrazo cada día más fuerte. ¡Qué bien lo cuentas! Estoy muy orgullosa de ti, que lo sepas. Por muchas cosas. Ana A.
ResponderEliminarY para mi es un orgullo recibir tus palabras en mi humilde blog. Gracias por tu apoyo,por tus ánimos y por tu cariño. Besos.
EliminarAmiga te felicito por los gigantes pasos que has dado, ahora eres una mujer más segura y sin culpas...
ResponderEliminarNo se si es manipulación o es una virtud que tienen estos seres, pero inminentemente las personas llegan a admirarlos tanto que teniendo las cosas en sus narices no logran verlas y por ello prefieren creer que la victima miente... En horabuena por tu sanación que cada día avanza más...
Un abrazo...
Yo se lo que sientes porque tu terrible historia tambien es la mia. Mi abuelo abuso de mi cuando tenia 3 años y lo vilvio hacer cuando tenia 8. Siempre me senti sola e impotente, que esto solo me habia pasado a mi, que era tan poca cosa que el podia usar mi cuerpo para lo que le diera la gana y despues actuar como un abuelo cariñoso y preocupado de mi bienestar, y eso no tiene otro nombre q eso actuar. Lo que mas dolor me provocaba, ademas del abuso, era el echo de que te tenia que respetarlo, pedirtele la bendicion, que celebraba con el su cumpleaños, y yo no tuve tu fuerza porque el dia de su muerte fui a su funeral y actue que me dolia su perdida. Siempre negue lo que me hizo ese mostruo con la ingenua idea de que asi desapareceria el abuso, pero nunca fue asi. El horror nunca desaparecen.
ResponderEliminarMe se todas las entradas de memoria,y no sabes el bien que hace leerte.POR FAVOR VUELVE A ESCRIBIR.Se te hecha de menos
ResponderEliminarRecien comienzo este camino y anduve leyendo varios blogs en estos dias.Lo que vos escribis aca a pesar de todo el daño que te hicieron es hermoso.Empece desde la primera entrada y no pude parar de leer hasta esta carta a tu abusador.Creces y avanzas segun escribis y te agradezco que aunque no sigas escribiendo que no cerres este espacio.Sirve y mucho,gracias por compartir tu historia.Sobreviviente Urugay
ResponderEliminarTe admiro tanto.
ResponderEliminarGracias